MATERIAL Y METODOS

Se trabajó con quince cabritos maches mestizos de razas lecheras con edades que fluctuaban entre 3,5 a 4 meses. Su selección se realizó por peso (17,3 ± 3,0 Kg) a objeto de tener una muestra más uniforme, controlándose su estado de salud por un examen clínico y la determinación del volumen globular aglomerado (VGA% 29,0 ± 3,0), proteína plasmática total (PPT g/1:70,0 ± 4,9) y recuento leucocitario (células/ul). Durante todo el estudio estos animales fueron mantenidos en confinamiento en grupos de cinco para facilitar con ello su manejo. El régimen alimenticio consistió en una dieta de heno de alfalfa de segundo corte que fue administrada dos veces al día (9:30 y 16:00 horas aproximadamente) además de agua fresca ad libitum. Las muestras de sangre para la

determinación de los ácidos biliares y colesterol fueron obtenidas en forma estéril por punción yugular con tubos al vacío sin anticoagulante a las 9:00- 13:30 y 18:00 horas en los días que se indican a continuación: día 1 alimentación normal; día 2 ayuno, solo agua; día 3 alimen­tación normal y día 4: alimentación normal.

Una vez centrifugadas las muestras para obtener los sueros, estos fueron congelados a -20°C hasta su procesamiento (3 semanas aproximadamente). El análisis de los ácidos biliares se realizó por una prueba enzimática colorimétrica en que los ácidos 3 alfa hidro­xibiliares se transforman específicamente en los derivados 3 cetónicos mediante la acción de la dehidrogenasa 3 alfa hidroxiesteroidica (Merckotest 14352). La determinación del colesterol sérico se realizó también por una prueba fotométrica (Merckotest 10474). Los resultados se expresan como promedio, mediana y desviación estándar. Luego de normalizar los datos con su logaritmo en base 10 se estableció si existían diferencias significativas entre días y horas, utilizando un análisis de varianza para 2 factores con una sola muestra y la prueba de "t" de Student para determinar variaciones entre horas de muestreo (Microsoft Excel versión 7).

RESULTADOS

En el cuadro 1 se entregan los valores del VGA y PP durante los días en estudio, ob­servándose un aumento significativo de ambos en el post ayuno (día 3). Los valores promedio, mediana y desviación estándar de la con­centración sérica de los ácidos biliares (cuadro 2) no presentaron variaciones significativas (P>0,05) en las concentraciones de los ácidos biliares sanguíneos entre las horas de muestreo y los días en que duró este estudio.

Sin embargo, se aprecia una tendencia a aumentar el valor promedio de la concentración sérica de ácidos billares al cuarto día lo que no fue significativo (P>0,05). Las desviaciones estándar observadas fueron altas, indicando que existió una gran variabilidad entre individuos.

En el cuadro 3, se entregan los valores de colesterol sanguíneo antes del ayuno, durante el ayuno y en 2 días posterior al ayuno, ob­servándose en los 2 días post ayuno una disminución (P<0,05) de sus valores desde las 13:30 horas en adelante.

DISCUSIÓN

En consideración a que los rumiantes poseen 3 pre-estómagos y un estomago verdadero, por lo que los alimentos ingeridos permanecen por más tiempo en la zona antes de pasar al intestino delgado y comenzar el proceso de absorción, se instauró un cuarto día de análisis con el fin de asegurar una segunda medición bajo condiciones normales de alimentación. El número de animales analizados al día 4 fue inferior a los días previos debido a que 5 de ellos fueron a matadero por razones de manejo.

Los promedios del VGA y PP aumentaron el día 3 (cuadro 1) lo que podría explicarse por el estrés provocado al volver a la alimentación normal después de un ayuno como el realizado. Durante los días del ensayo la temperatura ambiente fue elevada por lo que la presencia de una deshidratación en los animales es factible de considerar.

La concentración de los ácidos biliares sanguíneos mostró una tendencia al aumento durante el día 1, una leve disminución el día 2, una disminución más marcada el día 3 y una tendencia a la recuperación el día 4, lo que podría ser producto de la fisiología digestiva de los rumiantes donde existe un flujo continuo de alimento desde el rumén al duodeno (Raggi, 1989), con la consiguiente secreción de colecistocinina-pancreoenzima por parte de las células altas del intestino delgado y posterior contracción de la vesícula biliar (Ganong 1990). Además, la fracción de captación hepática de ácidos biliares desde la circulación portal es constante debido a la absorción permanente a que están sujetos por el hecho de existir un flujo constante de alimento desde el rúmen hacia el duodeno. Por otra parte se observó que el ayuno tampoco afectó la concentración sérica de los ácidos biliares, lo cual se podría explicar por lo anteriormente dicho, esto es el largo período de tiempo (96 horas) que permanecen los alimentos en el rúmen antes de pasar hacia el duodeno (Raggi, 1989). Cabe destacar que el tiempo al que se hace mención se considera bajo con­diciones normales de manejo, lo cual no es la situación en estudio. Estudios realizados en ponies (Anwer y col., 1975), indicarían que un 86% de la cantidad de ácidos biliares totales se sintetizaría diariamente, proceso que estaría regulado por la cantidad de ácidos biliares que regresan al hígado por la circulación entero hepática (Rudolph, 1990). Según lo observado en este estudio, las concentraciones sanguíneas de ácidos biliares no presentaron variaciones diurnas significativas (P>0,05)y tampoco se vieron influenciadas por un período de ayuno; pareciera ser que en los caprinos ocurría lo mismo observado por Anwer y col. (1975), lo que significa que la mayor proporción de los ácidos biliares sanguíneos no estaría influenciada por la ingesta de alimentos, si no más bien relacionada con la capacidad de la circulación entero hepática para regresarlos desde el intestino al hígado.

Las concentraciones séricas de los ácidos biliares mostraron diferencias individuales significativas (P<0,05). Ello concuerda con los estudios realizados por Craig y col. (1992)en el ganado bovino, donde se estableció la existencia de una gran variabilidad de las concentraciones sanguíneas de estos ácidos en individuos clínicamente sanos. Como se observa en el cuadro 2, a las 9 horas del día 4 se presenta un aumento tanto en los valores promedios como de mínimos y máximos, lo cual se podría explicar por el aumento del contenido alimenticio evacuado por parte del rúmen hacia el intestino. Se sabe que la velocidad del flujo alimenticio puede variar según determinadas situaciones (Raggi 1989), pudiendo deberse en este caso a un aumento del flujo dado el estrés de restricción de alimento al cual fueron sometidos los animales. A pesar que este aumento no fue estadísticamente significativo (P>0,05), podría ser efecto de una sobrecarga de la capacidad hepática de captar los ácidos biliares séricos provenientes de la circulación entero hepática, con lo cual estos ácidos aparecerían en la circulación periférica. Esta explicación se basa en los estudios realizados por Olsson (1988), quien determinó que a medida que existe un mayor requerimiento de ácidos biliares para la absorción de las sustancias grasas provenientes del alimento, se produciría un aumento en la cantidad de ciclos entero hepáticos.

En el cuadro 3 se puede observar que las concentraciones de colesterol sanguíneo experimentaron un comportamiento similar, durante todos los días de este estudio. Ello podría llevar a pensar que dentro de su fisiología sanguínea este comportamiento es normal, o sea se encuentra alto en las mañanas descendiendo durante el día. Esto podría explicarse ya que estos animales son rumiantes, donde el alimento requiere permanecer durante un mayor tiempo en el tracto digestivo, específicamente en el rúmen, con lo cual los componentes ingeridos durante el día anterior se manifestarían en sangre en la mañana del día siguiente.

Cabe destacar que según Kaneko (1989) el colesterol sanguíneo en el caprino varía entre 80-130 mg/dl, por lo que los caprinos utilizados en este estudio estarían bajo el rango considerado como normal; sin embargo, se debe considerar que los valores referenciales están estimados para animales adultos, no considerando las varia­ciones que pueden ocurrir en los animales de menor edad. Según Pumarino (1976), el colesterol sérico puede variar según diversos factores como son: edad, sexo, raza, especie y funcionamiento de las glándulas endocrinas. Además, hay que considerar que la coles­terolemia esta condicionada por el tipo de alimento, de ahí que los herbívoros tienen un colesterol sérico más bajo que aquellos que consumen otro tipo de alimento.

De acuerdo a los resultados de este estudio, el ayuno de un día no influencia los valores séricos de los ácidos biliares en los caprinos. Además se observa una gran variabilidad entre individuos. En relación al colesterol sanguíneo, los valores de individuos jóvenes no son coincidentes con los valores establecidos para adultos (Kaneko, 1989) por lo que el establecimiento de valores referenciales por edad es recomendable.

RESUMEN

Con el fin de conocer el efecto del ayuno sobre los niveles sanguíneos de colesterol y ácidos biliares, 15 cabritos híbridos de leche, entre 3,5 y 4 meses de edad fueron sometidos a un ayuno de 24 horas. Las muestras de sangre se ob­tuvieron a las 9:00; 13:30 y 18:00 horas. Determinándose a partir del suero sanguíneo por métodos colorimétricos el colesterol y los ácidos biliares. Según las desviaciones estándar observadas en los ácidos biliares la variabilidad entre animales fue alta, existiendo una tendencia al aumento de sus concentraciones al cuarto día, no siendo estadísticamente significativa. Por otra parte, el colesterol mostró una disminución 2 días posterior al ayuno. Aparentemente un ayuno de 24 horas no afecta mayormente los niveles séricos de los ácidos biliares en esta especie.

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