Introducción

La mastitis subclínica es, sin duda, el principal factor de pérdidas de producción lechera, que se traduce en menor rentabilidad para el productor. En Chile, a pesar de no existir estadísticas exactas, se han estimado las pérdidas por menor producción en 150-200 millones de litros y 1.746.183 kg de materia grasa por año (Moraga, 1988). Las mastitis clínicas de curso agudo se presentan en un 3 a 5% del total; en cambio, las mastitis subclínicas fluctúan entre 60% a 70% (Zurita, 1982). A diferencia de la mastitis clínica de fácil diagnóstico en la mayoría de los casos (Blood y col., 1988), la mastitis subclínica requiere métodos indirectos, siendo el más difundido en nuestro país el California Mastitis Test (CMT) (Pedraza, 1988). Numerosos son los estudios que han determinado la relación entre el CMT y el recuento objetivo de células somáticas (Gallo, 1977), siendo el más preciso la microscopía fluorescente (Pedraza, 1988) y conocido como Fossomatic.

En relación a la etiología de las mastitis subclínicas grados 2 y 3, según la prueba CMT y clínicas diagnosticadas en nuestro país, el microorganismo más frecuentemente aislado es Staphylococcus aureus seguido por Streptococcus agalactiae (Gallo, 1977; Pedraza y col., 1986), existiendo otros que se aíslan ocasionalmente. Sin embargo, existe una serie de otros factores que hacen de esta enfermedad un cuadro clínico muy complejo (Hardy, 1987; Agüero, 1988).

El control de la mastitis subclínica se realiza en la actualidad mediante la terapia de secado, utilizando ungüentos intramamarios con antibióticos de acción prolongada que disminuyen la incidencia de las mastitis subclínicas postparto (Blood y col., 1988). Sin embargo, esta terapia no asegura una cura bacteriológica efectiva, resultando muchas veces en fracasos terapéuticos. Como la aplicación de antibióticos de larga acción por vía intramamaria resulta en una contaminación muy larga de la leche y por ende su posible rechazo en las plantas procesadoras, lo cual ha conducido a que se traten las mastitis subclínicas que alcanzan un grado de 3, según la prueba CMT, que corresponde al estado más cercano de mastitis clínica.

Algunos autores (Zurita, 1982; Mwakipesile y col., 1983) han comunicado experiencias en las cuales tratan por vía sistémica con antibióticos de acción selectiva, como penicilina G procaína, en vacas en lactancia con mastitis grados 2 y 3 según la prueba de CMT, obteniendo resultados de un 56 y 48,9% de recuperación de los cuartos afectados por S. aureus penicilino-sensibles, con una menor tasa de reinfección. Owens y col. (1988), compararon la eficacia de dos regímenes de terapia para mastitis subclínica bovina, con una infusión intramamaria de amoxicilina versus la misma infusión asociada a la administración intramuscular de penicilina G procaína, obteniendo resultados de cura bacteriológica de 51,4% de los cuartos tratados, comparado con un 25% obtenido para los cuartos tratados sólo por vía intramamaria. Sin embargo, por su escaso número, estos estudios y sus resultados no permiten generalizaciones.

En consideración a los puntos antes mencionados y a la escasa información sobre terapia parenteral en nuestro medio, se estudia la eventual eficacia de la terapia sistémica con penicilina G sódica y trimetoprim-sulfadiazina en vacas en lactancia, en un intento de evitar, por una parte, la prolongada persistencia del antibiótico en leche y por otra, ejercer efectos bactericidas de rápida acción, mediante una corta vida media de eliminación en un marco de seguridad local y general que caracterizan a estos antimicrobianos (Ziv y Storper, 1985; Bevill, 1987; Huber, 1987).

 

  Financiado por proyecto DTI Universidad de Chile. A 3518-9312.

Materiales y métodos

Animales de experimentación

El presente estudio se realizó con 40 vacas elegidas al azar de la Estación Experimental La Platina (INIA) Región Metropolitana y que presentaban en uno de sus cuartos cuentas de células somáticas equivalentes a una reacción 43 de la prueba CMT. Otras 10 vacas se eligieron de igual forma, presentando cuentas equivalentes a 0 o trazas.

Tratamientos

Los 10 animales sanos, permanecieron como grupo control sano (Grupo A). Las 40 vacas con mastitis subclínica grado 3 se subdividieron en cuatro grupos de 10. Los tratamientos fueron los siguientes: grupo B, sin tratamiento (control mastitis); grupo C, trata miento con penicilina G sódica por vía intramuscular en una dosis de 15.000 U1/kg cada 12 horas durante un día; grupo D, tratamiento con penicilina G sódica por vía intramuscular en una dosis de 15.000 Ul/kg cada 12 horas durante dos días consecutivos y grupo E, con trimetoprim-sulfadiazina por vía intramuscular en una dosis de 15 mg/kg como dosis única.

Se obtuvieron dos muestras de leche de cada animal: una correspondiente al cuarto con CMT 3 y la otra de la glándula completa (cuatro cuartos). Las muestras se obtuvieron en los siguientes tiempos: N° 1: 3 ó 4 días antes del tratamiento y las restantes postratamiento en cada semana hasta la octava inclusive.

Análisis de las muestras

Se realizó en todas las muestras obtenidas una cuenta de las células somáticas mediante un equipo Fossomatic 90 en la Estación Experimental La Platina (INIA).

Las bacterias fueron aisladas e identificadas según técnicas estándares (National Mastitis Council, 1981), antes y después del tratamiento, mediante el método de diseminación e incubando a 37° C por 24 a 48 horas.

Se realizaron antibiogramas sólo con las bacterias aisladas e identificadas de las muestras obtenidas antes del tratamiento con sensidiscos utilizando la técnica de Kirby-Bauer (National Committee for Clinical Laboratory Standards, 1989). Se ensayaron los antibióticos anteriormente mencionados y la interpretación se realizó de acuerdo al halo de inhibición obtenido después de 18 horas de incubación.

Evaluación de los tratamientos

Se realizó una evaluación clínica postratamiento (día 4 postratamiento) que consideró un examen de la ubre y un examen macroscópico de la leche de todas las muestras de los animales.

La recuperación de los animales tratados se midió después de la primera semana postratamiento utilizando dos criterios: recuperación medida por Fossomatic, en la cual la muestra debía tener un recuento de células somáticas correspondientes al grado 1 del CMT y recuperación bacteriológica, que consideró al animal como recuperado si la muestra de leche obtenida del cuarto afectado fue negativa a la bacteria causante de la enfermedad, postratamiento.

Análisis estadísticos

Para establecer diferencias entre la eficacia de los distintos tratamientos se utilizó un Análisis de Varianza y Prueba de Schefee.

Resultados

En el cuadro 1 se aprecia el número de cepas aisladas de muestras de leche provenientes de 40 cuartos afectados con mastitis subclínica grado 3. Se observa un alto promedio de cepas de Staphylococcus aureus alcanzando un 97,5% en la semana previa al tratamiento, porcentaje que se mantuvo en la 1a y 4a semana postratamiento, disminuyendo a 82,5% en la 8a semana postratamiento.

CUADRO 1 CEPAS BACTERIANAS AISLADAS DE CUARTOS MASTÍTICOS EN LAS SEMANAS PRE Y POSTRATAMIENTO

Grupos de tratamiento Semana previa al tratamiento Semanas posteriores al tratamiento

1a semana

 4a semana

8ª semana 

Control mastitis S. aureus E. Coli

9 1

S. aureus E. Coli

9 1

S. aureus E. coli

9 1

S. Aureus Escaso desarrollo

8 2

Sulfadiazina-trirnetoprim S. aureus

10

S. aureus

10

S. aureus

9

S. aureus Bacilo gram positivo

8 2

Penicilina 2 inyecciones S. aureus

10

S. aureus

10

- - S. aureus Animales no muestreados

8 2

Penicilina 4 inyecciones S. aureus

10

S. aureus

10

S. aureus

10

S. aureus Desarrollo Polimicrobiano

9 1

En el cuadro 2 se aprecian los porcentajes de sensibilidad y de resistencia de las 39 cepas de S. aureus aisladas de cuartos con mastitis subclínica grado 3 frente a los antibióticos utilizados en el ensayo.

CUADRO 2 SENSIBILIDAD ANTIMICROBIANA DE 39 CEPAS DE S. AUREUS

- Sensible Sensibilidad Intermedia Resistente
Antibiótico

N

%

N

%

N

%

Sulfadiazina Trimetoprim

39

100

0

0

0

0

Penicilina G Sódica

33

85

2

5

4

10

La máxima sensibilidad corresponde a la asociación trimetoprim-sulfadiazina con un 100%; para penicilina G sódica se observó un 85% de sensibilidad, una baja proporción de cepas resistentes y de sensibilidad intermedia. Cabe destacar que sólo se logró aislar una cepa de Escherichia coli, presentándose como sensible frente a trimetoprim-sulfadiazina y resistente a penicilina G sódica.

Se compararon los valores de las cuentas de células somáticas de leche obtenidas de las muestras de leche en la semana previa y posterior a los tratamientos, con los valores del grupo Control Mastitis, mediante un Análisis de Varianza (Caballero, 1985). No se apreciaron diferencias entre los diversos tratamientos (p > 0,05).

Mediante la Prueba de Schefee se obtuvieron los siguientes resultados para la primera semana postratamiento:

Clasificación de Schefee

Tratamiento

A1

Penicilina 2 administraciones

A2

Control mastitis

A3

Trimetoprim-Sulfadiazina

A4

Penicilina 4 inyecciones

B

Control sano

Esto significa que no existen diferencias estadísticamente significativas (p > 0,05) entre los diferentes tratamientos y el grupo Control Mastitis; sin embargo, el grupo Control Sano presentó diferencia con los restantes grupos; el grupo de tratamiento que presentó el mayor grado de semejanza al grupo Control Sano fue el de penicilina G sódica con cuatro administraciones.Al analizar los tratamientos por separado se observó que trimetoprim-sulfadiazina, en la primera semana postratamiento un 10% de los animales presentó recuperación, medida por Fossomatic (Cuadros 3 y 4), no hubo recuperación bacteriológica en ninguna de las muestras. El tratamiento de penicilina G sódica con dos administraciones presentó una recuperación de 30% (Cuadros 3 y 4), pero sin cura bacteriológica. Para el tratamiento de penicilina G sódica de cuatro aplicaciones consecutivas, se observaron similares resultados, correspondientes a un 60% de recuperación sin cura bacteriológica. Esto concuerda con los resultados de la Prueba de Schefee, que ubica a este grupo en el lugar más próximo al grupo Control Sano.

CUADRO 3 DISTRIBUCIÓN DE ANIMALES POR GRADO DE CMT Y TRATAMIENTO POR CUARTOS MASTÍTICOS EN LA 1a SEMANA POSTRATAMIENTO

- Tratamientos
Grado de CMT Trimetoprim-Sulfadiazina Penicilina Penicilina 4
Sano 1 1 1
Trazas 0 0 0
CMT1 0 2 5
CMT2 5 5 2
CMT3 2 2 2
Mastitis clínica 2 0 0

CUADRO 4 RECUPERACIÓN DE ANIMALES MEDIDA POR DISMINUCIÓN EN EL CONTEO DE CÉLULAS SOMÁTICAS EN CUARTOS MASTÍTICOS

  Tratamientos

Recuperación

Trimetoprim-Sulfadiazina Penicilina Penicilina 4

N

1 3 6

%

10 30 60

El análisis de la leche de la glándula completa permitió observar que no existen diferencias estadísticamente significativas (p > 0,05) entre los valores de células somáticas para la semana previa y los posteriores a los tratamientos comparados con el grupo Control Mastitis. La Prueba de Schefee presentó los siguientes valores:

Clasificación de Schefee

Tratamiento

A1

Control mastitis

A2

Trimetroprim-Sulfadiazina

A3

Penicilina (2 inyecciones)

A4

Penicilina (4 inyecciones)

B

Control sano

De esto se desprende que no hubo diferencias (p > 0,05) entre los distintos tratamientos y el grupo Control Mastitis; sin embargo, sí entre éstos y el grupo Control Sano y el grupo Penicilina con 4 aplicaciones fue el más semejante al Control Sano.

Los porcentajes de recuperación para cada uno de los tratamientos comparados entre sí y sus valores se muestran en los cuadros 5 y 6.

CUADRO 5 DISTRIBUCIÓN DE ANIMALES POR GRADO DE CMT Y TRATAMIENTO POR GLÁNDULA MAMARIA EN LA 1a SEMANA POSTRATAMIENTO

  Tratamientos
Grado de CMT Trimetoprim-Sulfadiazina Penicilina Penicilina 4
Sano

1

1

1

Trazas

2

1

2

CMT 1

2

3

2

CMT 2

4

4

3

CMT 3

1

1

2

Mastitis clínica

0

0

0

CUADRO 6 RECUPERACIÓN DE ANIMALES MEDIDA POR DISMINUCIÓN EN EL CONTEO DE CÉLULAS SOMÁTICAS EN GLÁNDULA MAMARIA

  Tratamientos
Recuperación Trimetoprim-Sulfadiazina Penicilina Penicilina 4

N

5 5 5

%

50 50 50

Discusión

Los resultados permitieron confirmar la predominancia de las cepas de Staphylococcus aureus en los cuartos afectados por mastitis subclínica grado 3, situación coincidente con trabajos nacionales y extranjeros (Gallo, 1977; Ziv, 1980; Mwakipesile y col., 1983; Pedraza y col., 1986; Zurita, 1988; Pinilla, 1990; Sandholm y col., 1990; Bezama, 1991; Prescott y Baggot, 1991). Al respecto, es importante destacar la elevada sensibilidad in vitro de estas cepas a penicilina G sódica y a la asociación trimetoprimsulfadiazina. En este último caso el efecto era esperado por su mayor estabilidad frente a betalactamasas que liberan los estafilococos, pero no así en el caso de penicilina que es inactivada por estas enzimas (Prescott y Baggot, 1991), hecho que puede ser atribuido a la presencia de cepas no productoras de betalactamasas. Esta situación puede ser posible dado que un trabajo anterior sólo fue posible detectar un 20% de cepas de Staphylococcus aureus betalactamasa positiva en muestras de leche obtenidas de vacas con mastitis de predios de la Región Metropolitana (San Martín y col., 1992); lo cual sugiere la necesidad de conocer este aspecto a nivel nacional, pues las diferencias geográficas pueden tener relevancia, tal cual ha sido planteado por Prescott y Baggot (1991).

Los resultados in vitro, en consecuencia, pueden justificar la elección de ambos antibióticos para la terapia sistémica de la mastitis subclínica, además, por su rápida cinética en glándula mamaria, que disminuye el tiempo de presencia de residuos en la leche y por las propiedades farmacológicas consistentes en sus acciones bactericidas y un amplio margen de seguridad y sistémica (Ziv y Storper, 1985; Goodman y col., 1988; Prescott y Baggot, 1991).

El análisis de los efectos sistémicos de ambos antibióticos en relación a la disminución de células somáticas en animales tratados permitió establecer, en el caso de penicilina G sódica, la reducción de células somáticas en un 30 y 60% con el uso de dos y cuatro dosis, respectivamente, aún cuando no se constató la recuperación bacteriológica completa del cuarto, considerando este estado como la ausencia de bacterias en la leche, situación que hasta ahora es difícil de obtener, de acuerdo con comunicaciones de autores extranjeros (Breau y Oliver, 1986; Owens y Watts, 1987; Sandholm y col., 1990). Sin embargo, el uso de cuatro dosis puede ser considerada una alternativa importante en el caso de rebaños con alto porcentaje de cuartos con mastitis subclínica grado 3 y los que presentan el riesgo de evolución hacia la mastitis clínica. Desde luego, la factibilidad de una terapia en este sentido debe compatibilizar el costo involucrado en este procedimiento con su eventual beneficio. Ziv y Storper (1985) obtuvieron valores similares a los descritos en este trabajo utilizando penicilina G procaína en dosis mayores en una y dos aplicaciones con intervalos de 24 horas, pero, a nuestro juicio, la condición de antibiótico de depósito presume la presencia de residuos en leche por mayor tiempo, con el consiguiente aumento de las pérdidas económicas, hechos que requieren de mayor estudio.

Respecto a los efectos de trimetoprim-sulfadiazina, la recuperación estimada por la disminución de células somáticas corresponde a 10%, lo cual se puede explicar por su menor potencia sobre Gram positivos en relación a penicilina G sódica, en nuestro caso cepas de estafilococos, que aparentemente no producen betalactamasas y, además, a la ausencia de Gram negativos en la casi totalidad de las muestras. Sin embargo, la falta de información a nuestro alcance sobre estudios de biodisponibilidad a nivel de glándula mamaria induce a pensar que la dosis y la vía intramuscular pueden ser inadecuadas para alcanzar concentraciones inhibitorias antibacterianas en leche y que sólo estudios cinéticos pueden aclarar este punto.

En consecuencia, y dada la condición de preliminar de este trabajo, es posible sugerir por ahora el uso de penicilina G sódica en terapia de mastitis subclínica grado 3 durante la lactancia, considerando posibles beneficios de los antibióticos ensayados, aun cuando se debe considerar el uso de otros, tradicionales o nuevos, con posibilidades potenciales de uso en esta importante patología.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen la excelente colaboración de la Dra. Consuelo Borie, Unidad de Microbiología, Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile y a Laboratorio Chile S.A., por la donación de penicilina G sódica y de trimetoprim-sulfadiazina (Salfen M.R.).

Referencias

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Recibido el 20 de junio de 1994, aprobado el 27 de enero de 1995.