Introducción

En los últimos decenios con el avance de la tecnolo­gía de la anestesia general, en especial de la aneste­sia con inhalantes por intubación y el empleo de relajantes musculares y la combinación con otros fármacos, ha quedado de lado la anestesia local que fue la base para toda intervención quirúrgica en el último siglo. No todas las anestesias para todas las intervenciones deben ser por intubación, cada for­ma de anestesiar tiene sus indicaciones y contrain­dicaciones, debe existir una relación entre el tipo de anestesia y la intervención quirúrgica a realizar. Hoy en día en vez de simplificarse la anestesia se ha ido complicando en especial para el veterinario práctico. Este profesional tiene derecho a todas las simplificaciones e indicaciones que se hayan de­mostrado efectivas en este terreno. En este sentido la anestesia local en sus diversas formas se ha afian­zado un seguro lugar en la medicina veterinaria (Müller, 1959).

Una de las formas que ha ocupado un lugar preponderante en la cirugía del perro, es la anestesia epidural descrita por Cathelin en 1901 (Lumb y Jones, 1979), en especial a nivel lumbosacral. Con la síntesis de la Hostacaína, por Oppenheimer y Einhorn (Dirksen, 1958) que es altamente estable en solución acuosa y gracias a sus propiedades farmacológicas, se logró un importante avance en la anestesiología tanto quirúrgica como diagnóstica al nivel de clínica como de terreno. Cabe hacer resal­tar que Hostacaína es cuatro veces más potente que Novocaína y con un efecto más intenso y rápido, con una duración suficientemente larga para la mayoría de las intervenciones y menor toxicidad debido a su rápido desdoblamiento a nivel hepático (Dirksen, 1958; Teuscher y Mieth, 1958; Müller, 1959).

Para facilitar la aplicación de la anestesia epidu­ral, es conveniente sedar al paciente. Debido a que los tranquilizantes fenotiazínicos están contraindi­cados en este tipo de anestesia ya que potencian la hipotensión arterial originada por el anestésico lo­cal, se recurrió a uno del grupo benzodiazepínico, diazepam (Booth, 1977). Diazepam se caracteriza por producir sedación, hipnosis débil y relajación muscular sin interferir en las funciones vitales, ade­más de actuar como ansiolítico y anticonvulsivante (Jones y col., 1977).

En el presente trabajo se estudian las variables anestesiológicas y fisiológicas de perros sometidos a anestesia epidural con hostacaína sola y premedi­cados con diazepam.

Trabajo financiado proyecto S-88-39. Dirección de Investigación y Convenios, Universidad Austral de Chile.

Material y métodos

Se utilizaron 18 perros mestizos, clínicamente sa­nos, de un peso de 12,9 + 3,2 kg recolectados en el área urbana de Valdivia. Los perros se sometieron a un ayuno de 24 hrs. Y se dividieron al azar en dos grupos. El primer grupo formado por 8 perros (Se­rie 1) recibió fosfato de butanilicaína* al 2% en el espacio lumbosacro con una aguja calibre 22 de 2 pulgadas de largo en dosis de 0,5 ml/kg. El segundo grupo de 10 perros (Serie II) recibió 1 mg/kg de diazepam** endovenosos cinco minutos antes de recibir la anestesia epidural en igual forma y dosis que el primer grupo. A todos los perros se les registró poligráficamente las variables fisiológicas de frecuencia cardíaca, presión arterial y frecuencia respiratoria y las variables anestesiológicas de la­tencia, anestesia y recuperación. El período de la­tencia corresponde al tiempo transcurrido entre la inyección del anestésico y la pérdida del reflejo interdigital de los miembros posteriores. El período de anestesia al tiempó transcurrido entre la pérdida y la recuperación del reflejo interdigital; y el perío­do de recuperación al tiempo entre la recuperación del reflejo y el momento en que el animal se incor­poró por sí solo. En el período de anestesia se realizaron tres mediciones de las variables fisiológi­cas en estudio: transanestesia inicial (TAI), trans­anestesia media (TAM) y transanestesia final (TAF). Como método estadístico se utilizó en caso de normalidad la prueba de Duncan y la t de Stu­dent, las otras variables con las pruebas no paramé­tricas de Kruskal-Wallis, Miller y U de Mann Whit­ney (Hollander y Wolfe, 1973; Domenech, 1980). Los valores basales de presión arterial se analizaron porcentualmente por presentar diferencias signifi­cativas.

__________ Notas

* Hostacaina® - Hoechst de Chile Química y Farmaceutica Ltda. volver
** Diazepam - Lavoratorio Chile S.A. volver

Resultado

Variables fisiológicas (Gráficos 1, 2, 3)

El valor basal de presión arterial diastólica fue de 108,8 ± ,8,7 mmHg para la serie I y de 196,9 ± 13,1 para la serie II. Este valor en ambas series no evidenció diferencias significativas en ninguno de los períodos. Al comparar los valores basales de ambas series entre sí, hay diferencias significativas por lo que la comparación de TAI, TAM y TAF se efectuó porcentualmente no evidenciándose en este caso diferencias significativas entre ambas series (gráfico 1).

Gráfico 1. Presión arterial mínima y máxima, expresada en mmHg, en la anestesia epidural del perro con hostacaína en dosis de 0,5 ml/kg (serie I) y hitacaína premedicada con diazepam en dosis de 1 mg/kg vía endovenosa (serie III). 

El valor basal de presión arterial sistólica fue de 134,0 ± 5,3 mmHg para la serie I y de 236,5 ± 8,4 para la serie II. En la serie I se observa una disminu­ción significativa sólo en el período TAM; en la serie II hay disminución significativa en los tres períodos. Al comparar los valores basales de ambas series se aprecia diferencia estadística, por lo que se comparan los tres períodos porcentualmente lo que arroja una diferencia no estadística (gráfico 1).

Respecto a la frecuencia cardíaca (gráfico 2) el valor basal fue de 100,5 ± 5,5 y 97,0 ± 4,5 lat/min para las series I y II, respectivamente. La serie I evidenció un aumento no significativo, en los tres períodos respecto al basal, en cambio en la serie II sí la hubo. Al comparar ambas series entre sí tampoco dieron diferencias estadísticas.

Gráfico 2. Freciencia cardíaca, expresada en latidos por minuto, en la anestesia epidural del perro con hostacaína en dosis de 0,5 ml/kg (serie I) y histacaína piemedicada con diazepam en dosis de 1 mg/kg vía endovenosa (serie II).

La frecuencia respiratoria (gráfico 3) tuvo un valor basal de 21,6 ± 8,4 y 16,0 ± 1,5 resp/min para las series I y II, respectivamente. La serie I mostró una disminución significativa en los perío­dos TAI y TAM, no así en el TAF respecto al basal.

Gráfico 3. Freciencia cardíaca, expresada en ciclos por minuto, en la anestesia epidural del perro con hostacaína premedicada con diazepam en dosis de 1 mg/kg vía endovenosa (serie II). 

En la serie II en ninguno de los tres períodos las diferencias fueron significativas respecto al basal. Comparando ambas series no hubo diferencia signi­ficativa en el basal y período TAF, y sí la hubo en TAI y TAM.

Variables anestesiológicas (cuadro 1)

Tanto el período de latencia como de anestesia fue significativamente superior para la serie tratada con diazepam, en cambio el de recuperación fue menor, no existiendo diferencia significativa.

CUADRO I VARIABLES ANESTESIOLOGICAS, EN LA ANESTESIA EPIDURAL DEL PERRO CON HOSTACAINA SOLA (0,5 ML/KG) SERIE I) Y ASOCIADA A DIAZEPAM 1 MG/KG) (SERIE II)

Serie

Período latencia

Período anestesia

Período recuperación

I

3,3 ± 0,3

67,6 ± 6,0

73,4 ± 4,4

II

4,8 ± 0,2

89,8 ± 6,2

68,4 ± 7,1

Discusión

Variables fisiológicas

Los valores basales de presión arterial diastólica obtenidos en la serie hostacaína sola concuerdan con los valores normales para el perro que fluctúan entre 60-125 mmHg (Kelly, 1972). En la serie diazepam-hostacaína se encuentran sobre los valo­res dados por el mismo autor.

Según Benson y Thurmon (1984), la caída de la presión arterial en la anestesia epidural se puede producir secundariamente a un bloqueo simpático. Al comparar ambas series no se observan diferen­cias significativas, por lo que se puede concluir que el diazepam no influye significativamente en la presión arterial. Esto concuerda con lo informado por Rao y col. (1973) y por Drill (1973), quienes afirman que el diazepam vía endovenoso, no produ­ce cambios significativos en la presión arterial.

Los valores basales de presión sistólica obteni­dos en la serie hostacaína sola, concuerdan con los valores fisiológicos normales del perro que fluctúan entre 100 y 185 mmHg, en cambio en la serie premedicada con diazepam se encuentran sobre los valores dados por Kelly (1972). Al aplicar hostacaí­na sola se produce una caída significativa de la presión arterial sistólica en la TAM, recuperándose posteriormente. Al respecto Halley y Riedesel (1983) y Gilroy y De Young (1986) opinan que la caída de la presión arterial puede ser producto del bloqueo simpático que produce la anestesia epidu­ral; en cambio Sawyer (1982) lo atribuye al efecto sobre el miocardio del anestésico local acompañado de vasodilatación periférica. Al premedicar con diazepam se produce una baja significativa en la TAl recuperándose posteriormente. Según Strobel y Wolman (1969), la presión sufre una caída transi­toria posterior a la administración del diazepam, lo que concuerda con lo señalado por Hockman y Livingston (1970). Al comparar ambas series no se evidencian diferencias significativas, esto vendría a afirmar que diazepam no modifica significativa­mente la presión arterial (Greenblatt y Shader, 1974; Haskins y col., 1986).

Frecuencia cardíaca

Los valores basales obtenidos en ambas series se encuentran dentro de los rangos normales para el perro, que fluctúan entre 65 y 120 lat/min (Kelly, 1972).

Al aplicar hostacaína la frecuencia aumenta en forma no significativa alcanzando el máximo en TAF. Según Klide y Soma (1968), el aumento de la frecuencia cardíaca se puede atribuir a un mecanis­mo compensatorio para mantener la potencia car­díaca y la presión arterial a causa de la caída de la presión arterial durante la anestesia epidural. Por el contrario Nolte y col. (1983), afirman que la fun­ción cardiovascular se mantiene y no se modifica significativamente durante la anestesia epidural. Al premedicar con diazepam se produjo un aumento significativo en todos los períodos, que se atribuye a un mecanismo compensatorio dado por la hipo­tensión transitoria condicionada por el diazepam (Hockman y Livingston, 1970; Goodman y Gil­man, 1986). El análisis entre ambas series no evi­denció diferencia significativa, lo que viene a rea­firmar que los benzodiazepínicos poseen escaso efecto depresor de la frecuencia cardíaca (Roa y col., 1973). Por su parte Côtè y col. (1974) afirman que el diazepam no tiene efecto depresivo sobre el sistema cardiovascular, por el contrario mejora la función cardíaca.

Frecuencia respiratoria

En ambas series los valores basales se encuentran dentro del rango fisiológico para la especie, que fluctúa entre 15-30 resp/min (Kelly, 1972). Con la aplicación de hostacaína disminuye significativa­mente para luego comenzar a recuperarse en TAF. Según Halley y Riedesel (1983) se debería al blo­queo de las fibras nerviosas intercostales, en cam­bio Nolte y col. (1983) no observaron cambios significativos de la frecuencia respiratoria durante la anestesia epidural. Con la aplicación de diaze­pam hay un aumento no significativo en TAI para luego disminuir lo que estaría corroborando lo ex­presado por la literatura que los benzodiazepínicos no producen alteraciones respiratorias significati­vas (Drill, 1973; Yoxall e Hird, 1979).

Al comparar ambas series hay diferencias signi­ficativas en TAI y TAM, lo que según Greenblatt y Shader (1974) se debe al efecto mínimo sobre la respiración del diazepam, igualmente Haskins y col. (1986) señalan que el efecto depresor respirato­rio mínimo del diazepam no se potencia con otros anestésicos.

Variables anestisiológicas

El período de latencia obtenido con la aplicación de hostacaína al 2% en dosis de 0,5 ml/kg por vía epidural fue de 3,3 ± 0,3 min lo que concuerda con los obtenidos por Klide y Soma (1968) y por Booth (1977) que van de 3 a 12 min. Müller (1959) al utilizar hostacaína al 1 %obtiene una latencia de 1-2 min que lo atribuye a la acción potente de la hosta­caína, en comparación a otros anestésicos locales. Al premedicar con diazepam (1 mg/kg ev) se pro­dujo un aumento significativo a 4,8 ± 0,2 min de este período, lo que concuerda con los tiempos dados por Halley y Riedesel (1983) y Nolte y col. (1983). Este aumento estaría condicionado por una excitación transitoria observada por los perros post­aplicación del diazepam lo cual también ha sido reportado por Haskins y col. (1986).

El tiempo de anestesia con hostacaína fue de 67,6 ± 6,0 min, tiempo comprendido dentro del rango dado por Klide y Soma (1968) y Booth (1977) utilizando el mismo fármaco y también por el dado por Wright (1958) al utilizar procaína.

Al premedicar con diazepam se obtiene un au­mento significativo del tiempo de anestesia (89,8 ± 6,2 min), tiempo comprendido dentro del rango dado por Hally y Riedesel (1983) al utilizar lidocaí­na y procaína. Según Jones y col. (1977) se debería al efecto depresor del sistema nervioso central pro­ducido por el diazepam.

El período de recuperación de 73,4 ± 4,4 min y de 68,4 ± 7,1 min obtenidos al usar hostacaína sola y premedicada con diazepam, respectivamente no presentan diferencias estadísticas. Ambos valores son superiores a los 60 min dados por Booth (1977) al utilizar procaína al 2% y se debería a la rápida metabolización del diazepam (Lóscher y Reiche, 1983).

De acuerdo a los resultados obtenidos estaría indicado el diazepam como premedicación en la anestesia epidural del perro con hostacaína, debido al mejor tiempo de anestesia sin deterioro significa­tivo del período de recuperación y de las variables fisiológicas.

Referencias

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Recibido el 14 de noviembre de 1989, aprobado el 26 de marzo de 1990.